¿Qué es la Obsolescencia Programada?
La Obsolescencia Programada es un fenómeno nada nuevo. Su concepto es muy profundo, pero en pocas palabras es lo que hacen las empresas, premeditadamente, diseñando nuevos productos, que serán lanzados en muy poco tiempo con “algo” diferente, para que el mismo producto que tienes hoy, se sienta “obsoleto” y en consecuencia sientas la presión o la necesidad de reemplazarlo.
¿Entiendes algo de lo que digo? Continúa leyendo hasta el final, te sorprenderás cuando tomes conciencia de lo que pasa a tu alrededor.
La Obsolescencia Programada no es más que la planificación premeditada por parte de los fabricantes para que un producto tenga una vida útil controlada y se convierta automáticamente en obsoleto, no funcional o inútil.
Esto puede ser un simple cambio como el tipo de conector. Si tienes un móvil que antes podías cargar con el cargador de cualquier amiga. Es muy probable que ahora ya tengan un tipo de cargador diferente.
Teléfonos nuevos que vienen sin cargadores, con lo que te verás obligada a comprar cargador y cable por separado. Porque además ya no es el mismo que el que usabas en el móvil anterior.
O que te compres un nuevo móvil, que ya no viene con el orificio para conectar los auriculares, y entonces te verás obligada a comprar auriculares inalámbricos. ¿Me sigues?
Los tipos de conectores, el blutooth, el 4G, el 5G, la capacidad de los teléfonos, los tipos de cámaras, la tarjeta SIM, la micro SIM, la nano SIM, y ahora la E-SIM
O nuevas actualizaciones que ya no pueden ser soportadas por móviles de más de una determinada cantidad de años.
Y por cierto, un pequeño y casi imperceptible cambio en el diseño (la posición de un botón o la cámara) hacen que ya no puedas seguir usando tu funda protectora anterior. Que, aunque te encanta, y te costó un ojo de la cara, termina arrumbada en un cajón.
Y en estos ejemplos solo hablamos de teléfonos, mira todo lo que te rodea.
La Obsolescencia Programada puede suceder de muchas otras maneras: por ejemplo, colocando dentro del equipo, un elemento que se agote en un determinado tiempo y que no tenga repuesto. Sacando al mercado un nuevo producto y haciéndote creer que es momento de cambiar el anterior, porque está pasado de moda, o como dijimos anteriormente, creando nuevos softwares que los productos de determinada edad ya no sean capaces de soportar.
Es decir, no crear productos de calidad,
Sino lograr beneficio económico, en perjuicio de las necesidades del consumidor. Un proceso que data desde la revolución industrial, donde los fabricantes se percataron que si fabricaban productos de larga duración, se quedaban sin trabajo.
Ahora observa el resto de las cosas que tienes en tu casa. CDs, discos de memoria, cámaras de fotos y videograbadoras, videocaseteras, equipos de audio, computadoras de escritorio, laptops, y la lista puede continuar hasta el infinito.
Todo, absolutamente todo, tiene algo en el mercado que es mejor y lo reemplaza. Y lo peor de todo es que te hace sentir anticuada, atrasada o desactualizada.
La tecnología nos pasa por encima. Yo sé muy bien que nada se compara con leer un libro en papel, pero la facilidad de moverte llevando en un Kindle cientos de libros digitales no tiene precio. Y, entonces te arrastra la corriente.
Observa cuántas cosas de tu escritorio has dejado de usar por qué han sido reemplazadas por un móvil.
El escáner, el fax, el teléfono de línea, la cámara de fotos, la calculadora, las agendas digitales, las palm, una radio, filmadoras, equipos de audio, libros, apuntes de capacitaciones, ipods, auriculares con cables, y un largo etcétera. Consecuencias de la Obsolescencia Programada
No nos olvidemos del mouse, que es para enchufar y tu nueva laptop ya no viene con el orificio para enchufar, o algunos CDs con información posiblemente de valor, cuando ahora tu nueva laptop no viene con lectora de CD.
Todo, absolutamente todo, es obsoleto a partir del mismo día que lo compramos.
Pero lo peor de todo es que, aunque nos esmeremos por ser sustentables la tecnología nos pasa por encima. Y, a mi criterio (viviendo en Latinoamérica) tampoco están bien armados los circuitos de recuperación de materiales electrónicos obsoletos, o son tan complicados que muchas veces no te queda otra opción que tirarlos a la basura.
Cuando hago organizaciones y tenemos que desprendernos de este tipo de cosas me aseguro, al menos, de colocarlos en una bolsa transparente y dejarla colgada fuera del contenedor de la basura.
La minería urbana sí funciona, y esto alivia a que los recolectores no tengan que revolver en la basura, en busca de elementos metálicos.
Entonces, ¿Cómo hacer para no caer en esta trampa?
Desde el punto de vista de la organización, piensa y evalúa muy bien cuando vayas a realizar una compra. No actúes por impulso. Revisa reseñas en diferentes redes, no te guíes solamente por lo que te dice el vendedor. Es muy posible que esté tratando de convencerte con una súper oferta engañosa y que el producto esté discontinuado por lo que en muy poco tiempo seguramente deberás reemplazarlo.
Evita comprar las primeras versiones de nuevos “modelos revolucionarios” que salen al mercado. Estos son los que generalmente no han sido debidamente testeados y pueden tener problemas por no haber sido usados en todas las condiciones posibles.
Recuerda el caso de las tabletas que se incendiaban en los aviones o los primeros móviles que salieron con pantallas flexibles.
Muchas empresas lanzan al mercado productos para ser testeados en masa y van haciendo las mejoras que sean necesarias sobre la marcha. Con lo cual las segundas versiones ya han sido mejoradas.
En definitiva, no compres a la primera, asegúrate de estar comprando lo que necesitas y no por simple moda o expectativa del último modelo.
¿En realidad, lo vas a usar? ¿Vale la pena el gasto para el uso que le vas a dar?
De todas las funcionalidades que trae un nuevo equipo, ¿Qué porcentaje crees que vas a usar? ¿Es posible que un modelo anterior y con una buena diferencia de precio cumpla con las funcionalidades que necesitas?
De todos modos, lo último de lo último ya es obsoleto desde el mismo minuto de su fabricación. ¡Ninguna empresa lanza al mercado un solo producto y listo!
Piensa que detrás de toda gran empresa, hay un enorme equipo de desarrollo trabajando en el producto del año próximo, y el próximo, y el que sigue también.
Este mismo fenómeno ocurre también con la ropa, es decir, al comprar el último grito de la moda debes saber de antemano que su obsolescencia ya está mucho más que programada. Y prácticamente, estás comprando un producto descartable.
La industria de la moda también es un tipo de obsolescencia estética, por lo que es muy común que nos pase con la ropa, calzado y accesorios.
Sin ánimo de atentar contra las empresas que trabajan cada día, para ofrecernos mejores productos que nos facilitan la vida en todo sentido. Mi mensaje apunta a dejar de comprar y llenarnos de cosas por la compulsividad de lo nuevo, lo novedoso o lo revolucionario.
Y abrirnos a la posibilidad de que se puede vivir con menos.
En relación con el orden, el caos que nos genera, pretender estar siempre a la vanguardia de productos nuevos, adquiriendo y adquiriendo permanentemente.
Y guardando lo obsoleto, pretendiendo arreglarlo algún día, cosa que nunca sucede.
Porque no existen los repuestos, porque sale más económico comprar uno nuevo que hacerlo arreglar, o porque simplemente decimos lo voy a llevar a arreglar y nunca lo llevamos…
Y, si por el contrario, decidimos deshacernos, nos encontramos con el dilema de que no encontramos un lugar apropiado para su disposición final. Nuestra casa se convierte entonces, en un cementerio de obsoletos que no podemos controlar…
Hace un tiempo estaba averiguando sobre el tema, y como cuando deseas saber algo, la información te cae del cielo, me encontré con una película que habla de todo esto y te la quiero super recomendar.
Se llama “Comprar, Tirar, Comprar” (en español), “The Light Bulb Conspiracy (la versión original) dirigida por #CosimaDannoritzer y la puedes encontrar en YouTube. Te dejo el link por si la quieres ver.
https://www.youtube.com/watch?v=y2v5azYf2P0
Si llegaste leyendo hasta aquí, me encantaría leer tu opinión en los comentarios.
¡Hasta nuestro próximo encuentro!
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